¿Cuántos huecos muertos tienes en tu día a día?
Me refiero a esos caminos en metro en los que repasamos de manera
casi compulsiva tus redes sociales.
A esos 10 minutos que llegas antes al trabajo por la mañana o esos
ratos en los que esperas en la puerta del metro esperando a que llegue la
persona con la que has quedado.
Te propongo que llenes esos huecos muertos de conciencia plena,
que escuches los sonidos de la calle, que disfrutes de la belleza oculta de los
paisajes urbanos.
Que descifres las historias que hay detrás de la mirada de las
personas con las que te cruzas.
Y que sientas tus latidos, tu respiración, tu vida y cómo esta se
mezcla, se entrelaza con todo lo que rodea.
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